Balika

Me despierta su voz.

-La idiosincracia argentina es muy compleja para abordarla en un solo semestre.

Abro los ojos y no se quién es. Sigue hablando con acento extranjero y lo escucho. No me habla a mí, es un discurso formal.  Se está justificando ante alguna instancia académica. Se acerca, me habla muy cerca, se aleja, me agarra una mano, se sienta al lado, Camina de un lado a otro: todo sin parar de hablar.

-Si bien mi comprensión del español  es amplia, creo que necesito de un tiempo más para agregarle naturalidad.

No lo conozco, pero no me sorprende este extraño. Asumo que es un amigo de lulu.

-Tan adentrado estoy que ya puedo interpretar capas de significación que inclusive un nativo desestima.  Es el caso de un hombre que conocí. Se llamaba Augusto. Como podia ir por la vida llamádose Augusto y no saber que cargaba ese nombre supremo.

Finalmente termina su discurso. Con absoluta naturalidad le pregunto:

-¿Con esto pretendés que te den más tiempo o simplemente justificar el tiempo que tuviste?

-Quiero entregar a término; solo contar como vengo.

-Entonces está bien. Es suficiente, no para que te den un año mas, pero si para demostrar lo que estuviste haciendo. Tu tutor te va a aprobar.

Finalmente entiendo todo. El hombre del discurso el Balika, un extranjero que estudia con lulú y se dedica a la litaratura gauchesca. No conoce a nadie aca, y lulu le paso mi telefono. Yo lo banco.

Cuando miro a mi alrededor está el cuarto repleto de gente: lulu y sus amigos. Están con vestidos blancos y mucho labial rojo. Uno agarra una revista Sur de mi escritorio y se la muestra a los demas y lo entiendo. Le digo a lulu al oído:

-¿El grupito de estudiantes de literatura latinoamericana de Harvard, vestido asi para ir a Villa Ocampo? Imprevisible che.

-Sí, ya sé. Eso que les hice sacar los anteojos…

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